
Los fríos datos hablan por sí solos: TeleMadrid es la cadena española que más publicidad pierde en el último año (-14,1%), lo que nos habla del decreciente interés de unos anunciantes por una cadena que sufre una continua sangría de espectadores. ¿Cómo cambiar esta situación?
Al respecto existen dos criterios, el de los directivos que guíados por las órdenes del Gobierno de Esperanza Aguirre, programan y deciden sobre los contenidos de la cadena. Los datos dejan claro que está opción está llevando al pozo a TeleMadrid.
El segundo, el criterio que defienden los sindicatos y la mayoría de los trabajadores de la cadena: que se despoliticen el canal, que se recupere la producción propia, que se apueste por la calidad, que se olvide la manipulación y se abra a la pluralidad.
Lo relevante del caso no sólo es que el criterio que sindicatos y la mayoría de los trabajadores de TeleMadrid comparten, sea descartado sistemáticamente, sino que de un tiempo a esta parte, personajes impresentables que trabajan en esa casa, pero que no pertenecen a ella, que hoy están allí, pero mañana estarán donde les necesiten quienes les dan de comer, descalifican, insultan y mienten sobre la labor profesional y sobre las propuestas de unos trabajadores que ven en riesgo sus puestos de trabajo.