Sin lugar a dudas, la decisión de
cerrar el Conservatorio de Arganda responde a razones ideológicas y económicas.
Ideológicas porque, como ellos
mismos dicen, para el PP la cultura no
es un servicio ni un bien de primer orden. Para ellos es algo superfluo,
secundario, vinculado al tiempo libre, al ocio y al entretenimiento. Una
actividad a la que se dedica quien no tiene otra cosa mejor que hacer. La
relación del PP con la cultura siempre ha sido conflictiva y por eso, en cuanto
tienen ocasión, la desprecian, la agraden, la recortan.
El cierre del Conservatorio de
Arganda también atiende a motivos económicos. Desde luego. Fundamentalmente, es
el producto de una gestión económica nefasta. De una fiesta que duró años: la
fiesta del dinero fácil que venía del ladrillo y que se malgastaba en proyectos
innecesarios, megalómanos, sobredimensionados. Una fiesta de la se beneficiaban
algunos que ahora están en los juzgados, como hemos sabido durante estos
últimos años.
El Conservatorio de Arganda ha
estado funcionando sin ningún problema casi durante una década. Pero es ahora,
cuando la situación financiera del Ayuntamiento es insostenible. Ahora, cuando
descubrimos que el PP debe casi 60 millones de euros a proveedores. Ahora,
cuando se echa de menos el haber guardado una parte de aquel dinero fácil que
entró en el Ayuntamiento (y tan rápido como entró, se esfumó), es ahora cuando
se pasa la factura del derroche a familias, estudiantes, profesores que nada
han tenido que ver con la manirrota gestión del dinero público que han hecho
los responsables del PP, a ciudadanos que han invertido sus esfuerzos y su
tiempo en la formación musical, a vecinos que creen sinceramente en la cultura
con un bien de primer orden.
El Conservatorio de Arganda debe
permanecer abierto.
Jaime Biencinto.
Concejal del PSOE de Arganda