24/4/09

Europa: 7-J

El recuerdo ha ido buscando un lugar para aquellos momentos en los que, poco después de haber iniciado el camino de la democratización de un país que venía de 40 años de dictadura, España se embarcaba en uno de los procesos más ambiciosos e importantes a los que haya tenido que hacer frente en los últimos 35 años.

En aquel momento, allá por los años 80, Europa era un ente con el que compartímos una estrecha vecindad y sobre todo, al que mirábamos con el anhelo de lo que se desea sin disimulo. Ser europeos, era un sentir general, un clamor popular.

Y así entramos a formar parte de por aquel entonces, un pequeño grupo en el que estaban los países más desarrollados económica y políticamente. Un grupo de países selectos, en la vanguardia del viejo continente.

Mucho ha llovido. El ardor, el anhelo y el deseo de ser europeos ha dado muchas vueltas, se ha convertido en muchas cosas, pero sobre todo, una vez conseguido el reto de formar parte de la UE, nos hemos olvidado de que las decisiones que se toman en Estrasburgo, en Bruselas y en otros cientos de ciudades de Europa en las que se trabaja por los europeos impregnan nuestro día a día, la cotidianidad de nuestras vidas.

Es el momento de más Europa, pero fundamentalmente, es la ocasión de decir NO a un determinado modelo: al que representaba el equipo neoliberal de Bush, al modelo que está en el origen de la actual crisis económica mundial, al modelo de la desregulación y del Estado mínimo, del mercado del lucro, del provecho de los directivos, el modelo que sólo pide esfuerzos a los trabajadores.

Es el momento de gritar NO al modelo que en España representa el PP de Rajoy y para Europa, Mayor Oreja, ese señor del pasado que se deleita fotografiándose con Aznar, el mismo que defiende el despido libre y la reducción de los subsidios de desempleo.

Es el momento de una Europa volcada en lo social, puesta a disposición de los europeos, que apueste por el respeto en las relaciones internacionales, con una posición central en la economía mundial, respetuosa con el medioambiente y con los derechos de los trabajadores, una Europa en la vanguardia de la igualdad y de la responsabilidad de sus ciudadanos, una Europa que gobierne el mercado y ponga límites a las ambiciones lucrativas de los gurús del mercado.

17/4/09

La democracia en los municipios

La historia de nuestra cada vez menos joven democracia está sembrada de casos en los que a quienes se les otorga la legitimidad de dirigir el barco de la gobernanza de lo público y que aquello que nos interesa a todo terminan poner las instituciones a su servicio y al de un interés que nada tiene que ver con la comunidad, sino única y exclusivamente con el lucro personal.

Es importante decir, en primer lugar, que estos casos, por numerosos que sean (y en realidad, no son más que excepcionales), no deberían debilitar las bases del sistema político que nos dimos tras 40 años de dictadura.

Pero el objetivo de preservar nuestra democracia de quienes sólo piensan en términos de sus ambiciones y de su patrimonio, tampoco debería hacernos cejar en el sentido de la responsabilidad.

Por ello, es irrenunciable clarificar las posibles implicaciones de quienes estuvieron al lado de Ginés López en las casi tres Legislaturas en las que estuvo al frente del Ayuntamiento de Arganda. Quienes estuvieron y todavía están en tareas de Gobierno, como quienes estuvieron y todavía están en las empresas municipales que cada vez gestionan más dinero de los argandeños.

La responsabilidad de requerir información sobre las implicaciones y la presencia de las empresas y de las personas asociadas al caso Gürtel es todavía más irrenunciable cuando coincide en el tiempo la imputación del ex-Alcalde de Arganda y de varios colaboradores suyos y un endeudamiento del Ayuntamiento que ha ido incrementándose paulatinamente hasta alcanzar en el momento actual los 100 millones de euros.

6/4/09

Recuperar la política

Es el momento de desempolvar la política y sobre todo, de ponerla al servicio de los ciudadanos. El propósito adquiere el estatus de imperativo cuando el común de los ciudadanos, aquellos que no han tenido responsabilidad alguna en la crisis económica mundial que sufrimos, se ven acuciados por el día a día y sufren en sus propias carnes los efectos de quienes han jugado con el sistema financiero para su propio lucro, ambición y provecho.

Es el momento de recuperar la política y ponerla al servicio de quienes más lo necesitan, de quienes tienen problemas para llegar a fin de mes. El Estado de Bienestar siempre ha estado del lado de los más débiles. Siempre ha estado al servicio de los menos favorecidos. El común de los ciudadanos debe sentir en estos momentos más que nunca que pueden confiar en las instituciones y en las personas que las lideran.

Es el momento de la política honrada, limpia y transparente frente a quienes han estado utilizándola para su propio lucro, de las tramas que buscaban enriquecerse, de la utilización de la política para adquirir viviendas en lugares de lujo, para hacer viajes inasequibles para el común de los ciudadanos, para comprarse coches millonarios, para ocultar su dinero en paraisos fiscales...

Frente al uso de la política para el propio provecho, es el momento de poner la política al servicio del interés general, de aquello que nos preocupa a todos.