25/1/09

La hidra azul

En el corazón del escándalo de la red de espionaje montada desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid y en consecuencia, amparada por la dirección del PP madrileño que lidera Esperanza Aguirre, esta la silenciada pero descarnada lucha por el poder en un partido que cumple en sí mismo sus pronósticos fracasados: la voceada ruptura de España se ha convertido en la desmembración progresiva del PP.

Poco a poco vamos sabiendo que la red de espionaje se empleaba contra todo aquel que pudiera representar un obstáculo para el doble objetivo de Esperanza Aguirre: continuar detentando el poder del PP madrileño y controlar a cualquier aspirante a la sucesión de Rajoy. Nuevamente estamos ante un ejemplo de la supeditación de los intereses de los madrileños a los deseos y al anhelo de poder de Esperanza Aguirre.

En el objetivo de desalojar a un Mariano Rajoy cada vez más en la cuerda floja, Esperanza Aguirre está dispuesta a rebasar cualquier límite. En este caso, la red de espionaje no sólo daba servicio al Gobierno de la Comunidad de Madrid, sino que además, era financiada con el dinero de todos.

La lucha por la sucesión y la tensión por el poder en el seno del PP pone en riesgo la función pública de las instituciones madrileñas en un momento en el que los ciudadanos necesitan más que nunca sentirse protegidos.

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