21/6/12

La Esperanza es la última que pierde


Se acaban de presentar los Presupuestos de la Comunidad para 2012 y ya sabemos como vamos a pagar los 2.000 millones de euros en facturas que Esperanza Aguirre escondió en los cajones de su despacho donde otrora guardara sus cajas de puros.
Tras la cortina de humo de reducir a la mitad el número de Diputados elegidos democráticamente, el de altos cargos elegidos a dedo no, se esconden unos presupuestos brutales que sufriremos los de siempre. No esperen encontrar la eliminación de las desgravaciones fiscales a los padres que llevan a sus hijos a colegios privados, sino que verán nuevas tasas o subidas de las ya existentes,  peajes, recortes, (...) y por supuesto otra vuelta de tuerca más a los trabajadores públicos. 
Ha calado, por lo menos en Madrid, el mensaje de que los funcionarios son una peste y un gasto inútil, y no son lo peor del mundo porque existen los sindicalistas. Ha calado el mensaje de que los funcionarios son unos gandules que nos hacen la vida más difícil y por lo tanto, si les despiden o les bajan el sueldo, que se fastidien.
Yo debo ser un espécimen raro porque cuando  pienso en un trabajador público me acuerdo del cirujano que a las tres de la madrugada de un sábado salva la vida de un chico de diecisiete años que ha sido atropellado por un conductor borracho; pienso en los profesores y maestros con los que mis hijos pasan el 30% de su tiempo y cuya educación ponemos en sus manos; pienso en los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado en los que depositamos nuestra confianza para vivir más seguros y tranquilos; pienso en los bomberos que a diario se juegan la vida por salvar la de los demás; pienso en los jueces y fiscales, en los inspectores de trabajo, en los agentes forestales, en los celadores, en los funcionarios de prisiones, en los trabajadores sociales, en los bibliotecarios, en los jardineros, albañiles y electricistas que acondicionan nuestros pueblos y ciudades, y hasta pienso en los políticos, que con todos sus defectos, nos representan porque así lo hemos decidido entre todos, y conviene recordar que no siempre fue así.
Y por supuesto que también pienso en ese auxiliar administrativo que en algún momento me ha tenido media hora esperando porque estaba tomando un café o fumándose un cigarro, pero como son cosas que yo también he hecho alguna vez, no les deseo ningún mal.

Roberto Herreros
Secretario de Comunicación y Formación del PSOE de Arganda

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